Tuve un ángel guardián de ojos seráficos.
Venía cada tarde pisándome los presagios.
Nadie nunca fue tan fiel.
Tenía su nombre, su gracia y un inventario de
palpitantes flores.
Poseía palabras sin herrumbre, y más allá de
las paredes, en el fondo de las sombras,
yacía entre memorias y quimeras en las
madrugadas esquivas.
Cualquiera hubiera pensado en un personaje
de sueños, en un vigía de los cielos.
Pero solo era un ángel.
Cada día sanaba las mismas pesadumbres,
traía nuevos retos.
Soñaba con espejismos de nostalgias,
buscaba un trébol de ocasión.
Me compró un cálido estanque entre médanos
y rosas,
allí jugábamos con la plateada luna.
Un día no vino más.
Desapareció entre la palidez de las sábanas,
despojado de risas, sobrio, silente.
Fue necesario rebobinar el tiempo, reproducir
sus huellas, su destino de nómada.
Fue una cruel, irremediable pérdida,
sobre las aguas estancadas del horizonte.
Etiqueta: recuerdos
NO VUELVAS A DECIR JAMÁS
Hoy, con tu mano ignorante,
no lubriques otra vez
mi bosque entre agujeros de olvido.
No traigas el amparo de una tregua,
ni el canto de un pájaro,
ni la burbuja vacía
sin siquiera la grata sombra de mi perra.
No adulteres tu piel de falso Elías
no cruces mis laberintos
ni exibas tus horadas horas de tinieblas.
No vuelvas a decir jamás,
no lo digas
y déjame por favor
dormir en mi pequeña guarida
de claridad inmensa.
ISLA
Isla de oscuro barro,
Isla mía.
De arenas movedizas.
De piedras anegadas.
Vergel sin olor, sin flores.
Tierra mía.
Tragada por mares revueltos.
Por medusas frías.
Isla de oscuro barro.
¡Mía!
Detrás
Detrás de mí escucho
la respiración de mis pasos.
Hubo una vez que desperté soñando
y me sentí triste para toda la vida.
Era el predestinado camino de la niñez
con ropajes leves y sandalias oscuras
Eran desconocidas querencias,
el machacón silencio.
Y yo me sentí triste para toda la vida.
El Último
Fue el último gato que arañó la puerta,
aquel que entre mis huesos
miraba las grietas de un antiguo dolor.
Errabundo, dormía cada noche en el tejado
y colgaba jardines sobre mi sueño.
Fue el último.
Aquel que ponía canciones en mi boca.
YA NO ESTABAS
A mi esposo
Poco después, ya no estabas.
El desamparado día, como un desierto,
se atavió de silencio.
Tus ojos de opalina
ya no miraban el techo,
no desafiaban las paredes.
El hospital enterró la tarde
junto a tu poniente.
Tus pies, con palpitar de lluvia
fueron diluvio sobre mi espalda.
De pronto ya no estabas
y tu respiración de vidrio
escapó como arrasada mariposa.
El abismo se pegó a mis puertas,
a los andrajos de un sólido dolor,
al organismo vivo que ahora es tu
recuerdo,
Pero ya no estabas.
Ya no estabas.
MI SUEÑO
Mi sueño está lleno de desagües,
de bocas vagabundas,
de ventanas cerradas.
Está cosido a la nostalgia.
¿Para quiénes sueña mi sueño?
¿Quiénes lo pueblan?
-¿Unas manos desconocidas?
-¿El retumbo de la tormenta?
-¿Un pez en el anzuelo?
-¿Un peregrino sin zapatos?
¿Para quiénes sueña mi sueño?
♣♣♣
Y LES DOY…
Hoy es uno de esos días en los que nada destacable sucede,
como no sea aplastar por distracción un hormiguero,
o descubrir en las rosas un sospechoso olor a felicidad.
Sentir la neblina en altivo gesto de prepotencia, el estrujón del viento, acritud en la masa del pan, el chirrido escondido de las cigarras,
¡la respiración de alguien!
En estos días,
sin pausa y ya sé que para siempre,
recuerdo mis amores más vivos
y les doy un adiós de bienvenida.
♣♣♣